jueves, 26 de agosto de 2010

Momento político y el Polo, ¿Qué hacer?


Elaborado por: Ingrid Penagos


El 2010 ha sido un año de acontecimientos importantes para el futuro de la sociedad Colombiana, no por ello positivos y ni mucho menos conducentes a resolver el caudal de problemas que enfrentan millones de almas en nuestro país, entre ellos, recordemos las elecciones a congreso de la república, rodeadas por cierto, de toda suerte de irregularidades en distintas zonas del país (modificación irregular de los formulario E-26 y E-14 de la Registraduria en el Valle del Cauca, constreñimiento al elector en departamentos de la costa atlántica, compra de votos en departamentos como el Cauca, prolongación del fenómeno de la parapolítica en cuerpo ajeno, todos estos hechos documentados por la MOE y conocidos en distintos medios de información); por si fuera poco el Congreso de la República es la institución que según diversas encuestas goza de la mayor ilegitimidad, hechos como los vínculos de varios ex-congresistas hoy detenidos y procesados por la para-política junto con las contundentes denuncias por prácticas clientelares y corruptas, como la hoy conocida Yidis-política, constatan ésta comprensible percepción de los ciudadanos y ciudadanas de la nación; desafortunadamente su composición no se modifico, por el contrario los herederos son las esposas, hijos y hasta cuñados de los antiguos parlamentarios que tienen por residencia las cárceles del país, claro esta, este país cuenta con la digna representación de los parlamentarios de nuestro partido.


Otro hecho resaltable son los resultados de las elecciones presidenciales que determinaron a Juan Manuel Santos como nuevo mandatario para el presente cuatrienio. Santos, sin duda funge como sucesor de la política de Uribe y protector de sus “tres huevitos” (seguridad democrática, confianza inversionista y cohesión social), políticas que corresponden al modelo neoliberal que profundizo la desigualdad, la pobreza, terminó por despedazar nuestra ya fragmentada soberanía nacional, frustró con su política de guerra la aspiración de avanzar y concretar una agenda de paz para el país; seria extenso el listado de males crónicos heredados de 8 años de gobierno Uribe.


Ante este panorama tan incierto y confuso nuestro partido debe determinar su estrategia de actuación política, formular iniciativas y propuestas de cara al país con el propósito de demostrarle a los colombianos que son nuestros programas y contenidos políticos la llave que abrirá la puerta de un gobierno democrático de justicia, paz y equidad. Formular ésta estrategia pasa por elaborar un análisis del carácter del gobierno entrante, que a juicio de varios analistas comporta giros en el rumbo que Uribe le dio a su gobierno; los nombramientos ministeriales, asomos de darle un tratamiento distinto a las relaciones internacionales en la región, revivir ministerios que la era Uribe fusiono, seleccionar un vicepresidente cuyo origen está ligado al sindicalismo y la izquierda, -designación que causa debates al interior del sindicalismo-, son entre otros, los rasgos o cosmética que “distanciarían” a Santos de su antecesor. Es importante precisar, que estos aparentes cambios no pueden hacernos perder de vista el significado de las élites dominantes representadas en el gobierno Santos, y que seria ingenuo siquiera considerar cambios en la estructura del modelo de dominación.


El llamado a la Unidad Nacional de Santos ha concitado a varios sectores de la política tradicional del país que estuvieron en el desierto burocrático como el Partido liberal (salvo algunas unidades declaradas en desobediencia como Piedad Córdoba y Cecilia López que renunció al partido, entre otros), que junto con el partido conservador, La U, Cambio Radical de la coalición del gobierno anterior y el cuestionado PIN, constituyen la Santa alianza equiparable al oscuro Frente Nacional que liquido la democracia por 16 años. Otros como el partido Verde optaron por una salida intermedia y gelatinosa al no declarar de facto oposición al gobierno entrante, esta actitud de los verdes es comprensible, pues comparten la política neoliberal que subyace la estructura del planteamiento de la política Santos-Uribe.


El Polo debe actuar, protagonizar y conjurar la crisis con salidas novedosas que superen el inmovilismo y la ausencia de iniciativa política a través de una articulación con el movimiento social e inyectarle dinámica al ejercicio parlamentario con la movilización social y expresiones de sectores sociales y populares. Es necesario que el Polo acoja los mandatos y proposiciones construidas por los sectores sociales y populares que por décadas han elaborado a costa incluso de sus propias vidas. Proponemos en esta búsqueda de una estrategia cinco ideas acerca del polo y el momento político:

1. El polo democrático debe continuar en la oposición, es totalmente improbable que el régimen modifique la estructura económica, política, social cuya base esta en el modelo neoliberal causante de la crisis actual ocultada por los medios y el gobierno, nuestro partido representa una opción que le ofrece al país un modelo de sociedad distinto basado en los valores de la democracia, la igualdad y la justicia, contenidos en los estatutos e ideario de unidad.

2. El partido debe ampliar su espectro de oposición y tomar la decisión política de convocar al conjunto de los sectores sociales, indígenas, afros, campesinos, estudiantes, trabajadores, desempleados y desamparados; convocar a la Minga social y comunitaria, a todos los escenarios de oposición social con el propósito de construir un mandato cuyo espíritu de convergencia plasme las aspiraciones de cambio que guíen un gobierno basado en los programas, plantes y propuestas de la ciudadanía, un gobierno para el pueblo y con él. El polo debe acudir a los llamados del movimiento social, tejer ideas y pensamientos colectivos que se traduzcan en decisiones políticas en la búsqueda de constituir un amplio y heterogéneo bloque de oposición al régimen.

3. El diálogo es un instrumento de interlocución que el partido debe utilizar con todos los sectores incluido el gobierno, buscando movilizar en la sociedad una plataforma de país distinta a la ofrecida por el gobierno actual. Para ello vemos conveniente que el partido habilite una comisión de compromisarios que adelante contacto con sectores sociales, políticos, intelectuales, gremiales, escenarios y procesos de convergencia del movimiento social como la Minga social y comunitaria, la Gran Coalición democrática, plataformas de derechos humanos y paz, incluyendo la interlocución con la insurgencia para que el partido se convierta en un facilitador de paz y promotor de la reconciliación nacional. Todos los diálogos deben contar con la anuencia del comité ejecutivo nacional, quien direccionara los esfuerzos encaminados en esta dirección. Creemos que la comisión debe encabezarla la presidenta y secretario del partido junto con otros integrantes del comité ejecutivo nacional.

4. El Polo necesita dotarse de una agenda parlamentaria que interprete a fondo los contenidos políticos y estratégicos de los diversos sectores sociales, en un ejercicio de fortalecimiento del movimiento político y social por medio de distintas manifestaciones que complementen la acción legislativa con dinámica y movilización para que el partido se constituya en una propuesta actuante en el quehacer político nacional.

5. Nuestro partido requiere desarrollar una estrategia de oposición y construcción política con el conjunto de la sociedad a fin de constituirse como alternativa a los problemas del país y ser opción de gobierno local y nacional. Que el partido realice un llamamiento al pueblo colombiano a construir un acuerdo de unidad de los sectores sociales y populares excluidos del pacto de élites de la unidad Santista, es decir, las mayorías nacionales. Una amplia convergencia con sectores sociales, políticos, demócratas y progresistas será una opción y esperanza de corregir el rumbo neoliberal por el que gobiernos apátridas han orientado a nuestra nación.


Las opciones para la oposición y los sectores alternativos en este complejo momento político son la Unidad, la convergencia; consolidando y fortaleciendo propuestas atractivas a la opinión pública que conduzcan a una corriente favorable a los cambios democráticos, superando también los errores de la izquierda y perfilando un escenario que confronte, desestabilice y modifique la correlación de fuerzas adversa para la oposición hoy, pero con muchas oportunidades y posibilidades de desplegar una estrategia de actuación colectiva, amplia con visión de construir un autentico proyecto de nación.


El movimiento social ha trazado una agenda para el segundo semestre de este año, en Octubre por ejemplo, desde la Minga se convoca a la sociedad al Congreso de los pueblos, escenario de deliberación y legislación alternativa y popular, al polo ahora le corresponde intervenir, no sólo opinar, o enviar saludos y comunicados de prensa, le corresponde articular, construir conjuntamente y demostrar que el parlamentarismo cuestionado por distintos sectores empieza a superarse.

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